Durante las últimas semanas varios usuarios de las redes sociales reportaron un déficit en la calidad del agua que llega por tuberías a las residencias, específicamente en la región metropolitana de Caracas. Cambios en cuanto a la densidad y aspectos sensoriales como el olor, color y sabor han sido los más reportados por vecinos de diferentes sectores de la capital.
Por ello, elucabista.com decidió entrevistar al profesor Douglas Sánchez, quien es técnico del laboratorio adscrito a la Facultad de Ingeniería y aseguró que la obsolescencia del sistema de potabilización y distribución hídrica está incidiendo en las condiciones del líquido que llega a los hogares. Además, la universidad está a disposición de organizaciones y particulares que deseen evaluar las condiciones del agua que consumen.
“No es secreto para nadie que el sistema hídrico venezolano es muy viejo y ha venido en decadencia durante los últimos años, eso, pese a que han habido algunas inversiones y algunas recuperaciones en parte de las plantas de potabilización.
El profesor aseguró que la antigüedad del sistema de abastecimiento hídrico incide en el suministro, ya que las plantas y redes de distribución están diseñadas para unas densidades de población y caudales menores a la demanda actual.
Irónicamente, este es un país con mucha agua, pero el 85% de la población venezolana está al centro norte del país y esa es el área que menos líquido tiene. Hacia el sur del país es donde hay mayores fuentes de agua, pero hay menos población.
Además, se han sumado las consecuencias de los cambios climáticos que ha generado intensos períodos lluviosos o sequías prolongadas, lo que afecta el producto que se potabiliza en el sistema.
Cuando la distribución no es continua y hay momentos prolongados de sequía, el sistema hídrico puede pasar desde días hasta meses sin dotación de agua; ante eso, las tuberías empiezan a oxidarse y cuando vienen grandes presiones hídricas, lo que hacen es arrastrar todos esos desechos que están en las tuberías y genera que en los hogares llegue el agua con un deterioro en la calidad, pese a que de las plantas puede haber salido en buen estado.